(azul
mary, morado bea)
3Días
Después:
Miraba
por la ventana de la cafetería, aburrida. No sabía ni si quiera qué hacía allí.
-¿Elisabeth?
¿Eres tú? -Me quitaron mis pensamientos de encima. Estaba en una mesa, con
todos "mis amigos" a mi alrededor, yo me había sumergido en miles de
pensamientos que rondaban por mi mente, mientras que sin darme cuenta ellos
seguían con sus conversaciones, casi todas con cotilleos del momento.
-¿Quién si no? -Contesté volviendo mi vista
hacia ellos.
-Últimamente
estás de lo más rara -decía una de mis amigas. Tenía razón, solo podía pensar
en Beatrice, pensar en la fiesta y con ella pensaba en Paul. Paul, ese nombre
conquistaban mis pensamientos.
-Será
que le ha contagiado su "amiguita" -remarcaba la palabra- ¿cómo se
llamaba? ¿Featriz? -Thomas habló entrándome ganas de pegarle, pero no lo hice.
Desde hacía tres días cada vez me parecía más superficial, más estúpido,
un autentico cretino que para no verse sus propios defectos tenía que meterse
con los demás.
-No
sé de que me habláis, y es Beatrice. -Respondí guardándome todos los insultos.
-Si,
"esa" -dijo Thomas con desprecio- ¿a quién se le ocurre traer a una
callejera? -Se rieron todos ante el comentario, refiriéndose a mi, riéndose de
mi. -¿Y visteis su vestido? ¡Estaba hecho añicos! -Se rieron otra vez.
-¡Si si! -confirmaban los demás, menos yo, yo me callaba. -Seguramente
-volvió la voz superficial- lo cogió de la basura. -Thomas se reía, con los
demás. ¿Acaso el vestido le había quedado mal? ¿Acaso se habían visto a ellos
mismos cuando visten de lo más formal en una cafetería? .
-Le
presté yo ese vestido, ignorantes. -Más bien, se lo regalé, pero no quise
corregir el error. -Y si la llevé -continué hablando- sería por algo, quizá
prefiera su compañía.
-No
sabes lo que dices... -Dijo Thomas, con su voz de superior, como si lo supiera
todo cuando no sabe nada, incluso yo aún no se nada- Ella te hechizó con sus
estupideces -La risa volvió a la mesa, pero yo me enfadé.
-¿Tú
le compraste el vestido? -preguntó otra sorprendida. - ¿Dónde lo compraste? ¿en
un mercadillo?
-Pues
no, en una tienda muy cara, y ¿qué os importa lo que haga yo con MI vida? -Me enfadé
aún más.
-No,
claro que no.. -respondió Thomas- no nos importa TU vida si sigues juntándote
con esa "chusma".
-Pues
sinceramente, me parece mejor persona que vosotros.-Respondí rápidamente.
-¿¡Enserio?!
-parecía algo furioso- ¿¡Esa?! -volvió a remarcar la palabra- si ella no nos
llega ni a las rodillas.., es más, se rumorea que estuvo "haciéndolo"
con un chico en la terraza y que la pillaron -Empezó a cotillear con los demás.
-Pues
sí, lo hizo ¿¡Y?!, yo me escapé durante un raro con otro chico y mira, seguís
hablando conmigo. -Hablé demasiado, pero no me importó.
-Oh..
Dios.. Mío.. -Cogían todos aire ¿acaso estaban coordinados? - ¡¿TE ESCAPASTE?!
¿¡CON UN CHICO?! O____O ¡Eso es algo nuevo! -gritaron todos a la vez.
-¿Y
quien es ese chico? -preguntaron interesados en saber más del asunto.
-No
os importa, es alguien mejor que vosotros, claro -sonreí recordándole, aunque
me empezaron a hartar.
-Me
imagino -habló de nuevo Thomas- Otra rata como Featriz. -Se rieron todos.
-¿¡PERDÓN?!
-había llegado esta conversación demasiado lejos.
-Mary,
siempre supimos que eras una.. una cualquiera -se rieron más alto. -Tus padres
tienen que estar orgullosos.. Has salido incluso peor que Mick.
-¿Una
cualquiera? -estallé- Mirad quién fue a hablar, los que tienen que chupar el
culo a sus padres para tener lo que quieren, me apuesto lo que ea a que no
haríais nada sin ellos. Y con Mick -seguí- no os metáis, él tuvo el valor de
luchar por sus sueños - los miré a todos- sois despreciables..
-¿Y
tú qué? -Saltó una- ¿de qué dinero sacas esos vestidos tan lujosos y esa casa
tan grande? e____é
-Mis
padres me los pagan, pero estoy estudiando para tener un futuro -la miré- se
nota a leguas que estás embarazada -saqué a la luz algo de lo que nadie se
había dado cuenta- o gorda.., aún que nos lo ocultes bajo esos vestidos,
apuesto lo que sea a que es de él -señalé al chico con el que sabía que había
tenido alguna aventura que se encontraba justamente a su lado. Ella se
resguardó cobarde en su silla, mientras que todos la miraban acusadores.
-Por
lo menos, ella no se ha morreado con cualquiera en una fiesta -me culparon.
-Por
lo menos yo tengo la decencia de admitirlo, y no me avergüenzo ni me
escondo como vosotros. El chico que conocí en la fiesta es divertido y muy
tierno, no un gilipollas como vosotros.
-¿¡Si
nosotros somos gilipollas cómo es que te juntas con nosotros?! ¿¡Es que tu
también eres gilipollas?! -me acusaron.
-Antes
sí -acepté.- pero eso se ha acabado- Me levanté y cogí el abrigo- ¿hay algo que
me queráis decir o llamar antes de que me vaya?
-Si
-habló Thomas- luego no vuelvas llorando por que tus "amigos" te han
dejado tirada, te han robado, o porque tu vida sea una mierda.
-Dudo
que algún día hagan eso, ellos no necesitan cotillear o hacer sufrir para
sentirse bien, como vosotros.- Me ignoraron enseguida, pasando de mi
descaradamente.
-Mejor
-me dije a mi misma- adiós.-
Salí
enfadada, caminé por las calles y sin darme cuenta llegué al primer sitio que
se me pasó por la cabeza.
Las mesas estaban colocadas de forma
asimétrica por el espacio. El suelo era de baldosas que habían perdido el
brillo durante todos esos años. Las personas parecían conocerse entre ellas y
la barra andaba vacía.
Una chica parecía bailar mientras que limpiaba
con un trapo las mesas y dejaba su delantal en la percha. Sin duda no la
confundí, era Beatrice.
-¡Beatrice!
-Grité para que me oyera.
-¿Mary? -se dio la vuelta para verme- ¿qué
haces aquí?.
-Hola ¿estás libre? -necesitaba hablar con
alguien, con una amiga.
-Acabo de terminar de trabajar -decía con su
típica sonrisa.
-Te invito a comer, ¿vale?
-¿Otra vez? -se extrañó- no hace falta.
-Si, venga vamos -la arrastré hacia fuera y
empecé a caminar- y.. ¿qué tal? -di conversación.
-Bien -dijo extrañada ante mi comportamiento-
¿qué te ha pasado a ti? -fue al tema sin complicarse.
-He "roto" con mis "amigo"
-Dije feliz por haberlo echo, feliz por decirlo, feliz por contárselo a ella.
-¿Y eso? - Su expresión era una mezcla de
sentimientos, pude ver orgullo tanto como preocupación en su mirada.
-Pues.. -pensé en como explicar el asunto- Me
harté de ellos, simplemente eso. Son mentirosos, y solo saben cotillear. Por
ejemplo -seguía hablando- una de ellas estaba embarazada de uno de ellos y
¡nadie lo sabía! ¡solo yo me di cuenta! Están completamente cegados.. -me callé
dándome cuenta de que ahora mismo la cotorra era yo,
-Son unos interesados -comentó ella, por lo
que se fueron mis preocupaciones de si me estaba comportando de forma
inadecuada delante de Bea.
-Son unos gilipollas -afirmé.
-Y ahora.. ¿qué piensas hacer? -Seguíamos
andando, las dos al mismo ritmo por las calles de Londres. Ella vestía con un
vestido de pana azul marino, parecía echo a mano pues cosido a él aparecían
bastante parches de colores. Yo al contrario, llevaba un vestido azul más claro
que el de ella, pero algo más detallado, con unos bordados de diseño de color
negro que decoraban la falda del vestido con flores abstractas.
-Vivir ¿no? -sonreí- vamos a hablar tú y yo.
-Vale -dijo entusiasmada. - ¿Sabes? No tengo
hambre -declaró- hablemos paseando por las calles.
-Vale como quieras -seguimos caminando pasando
totalmente de los escaparates de cualquier cafetería, bar o restaurante en el
que pudiéramos comer- tengo una pregunta. -Le dije.
-Dime.
-Dime tu opinión sobre la fiesta del otro día,
¿qué te pareció? ¿cómo me viste a mi? -Más bien eran más de una pregunta. Miré
como me había adelantado en el paso y caminaba por delante de mi. El sol
recortaba su delgada figura y el viento movía su largo pelo castaño enseñando
en reflejos un rojizo óxido en él.
Era una chica curiosa donde las haya,
valiente y dispuesta a todo, tenía mucho que aprender de ella; sabía como vivir
cada momento y como ser ella misma, la veía bailar mientras que caminaba, jugar
con las losetas de la calle mientras que me escuchaba y pensaba lo que iba a
decir.
-La fiesta- recordó sonriente- fue única, me
divertí después de todo, y a tí.. -siguió recordando- te vi diferente, no
sabría como decirlo, te veías como si hubieras querido derribar todo, coger las
cortinas, los jarrones, las mesas, romperlo todo, aunque claro, solo te pude
ver un rato- Sonrió de nuevo, con una sonrisa enseñando todos sus dientes,
amplia y alegre. Me pregunté en qué estaría pensando, pero no era muy dificil
adivinar que se trataba del amigo de Paul, John.
-Si, te lo pasaste bien con Lennon e____é
-Me reí al oírme a mi misma decir eso.
La
observé rápidamente parando de bailar por un momento. Tenía unos ojos grandes
castaños del color de la almendra, de las hojas secas de los árboles de otoño.
Su rostro, como si fuera una obra de arte, iluminado por el poco sol que solía
atravesar las nubes. Me pude fijar en su sonrisa, una sonrisa peculiar que
mostraba todo lo que sentía, cortada por cu castaño cabello que se chocaba con
sus labios por culpa del viento que se lo revolvía todo como si de una batalla
se tratara. -Me lo pasé muy bien- confirmé. -Y podría decir lo mismo de ti con
¿Paul? -aún no estaba segura de los nombres.
-Si
-me reí y suspiré. La volví a mirar de nuevo, viendo que aquella chica me
sorprendía cada vez más, ¿Acaso me iba a cambiar la vida?.
Observe su rostro de piel blanca como si de
una Española no se tratase, iluminada la cara con esos ojos pardos que
brillaban a todas horas y esa sonrisa que la definía. ¿Iba a conseguir cambiar
a Mary Jagger?
-Es un buen chico -Terminé de decir.
-Un
buen chico ¿nada más? -Me reí al ver su cara de enamorada. Jamás había visto
sonrisa más bonita que la suya. -Yo creo que Paul se merece más que "un
buen chico" yo lo veo.. muy atractivo -intenté que se sonrojara, y lo
conseguí. -¿no crees?. -Le guiñé un ojo, lo que le hizo avanzar hacia mi.
-Es
mío, tu tienes a John -Le aclaré algo celosa, y tenía motivos para ello, ella
era guapa y si se ponía a competir conmigo estaba claro que ganaría. - y si, es
más que un buen chico, es el único chico que me ha hecho sonreír así.
-¡Vale!
¡Vale! -Hice señales con las manos alzadas de que llevaba una blanca bandera de
paz imaginaria- no te pienso quitar a tu chico, no es de mi estilo- confesé.
Miré de nuevo a Mary y me imaginé a su lado a Paul. Mary era más baja que él,
estaba claro, pero era delgada y tenía buena figura, bastante atractiva,
parecía una actriz como ya he dicho veces anteriores. Ese Paul tenía suerte de
que Mary le hubiera echado el ojo.
¿Qué
me miras tanto? -Le di un empujón cariñoso- vamos- Seguía andando y pensé en
ella, y John. John y
Beatrice.. Tenían personalidades parecidas, o eso había
visto. Desde luego podrían hacer mucho juntos, ella era alta, un poco más que
yo pero menos que él. John era.. bueno, no sé, no le conocía.
-Te miraba a ti -dijo como si nada,
alcanzándome- ¿Y con Paul? ¿Le volverás a ver? -preguntó.
-El viernes -contesté- ¿Y tú y John? -Pregunté
interesada.
-Solo nos vimos en la fiesta, todo acabó.
-Siguió andando y vi como bajaba la cabeza, intentó sonreír pero le salió una
mueca.
-Puedo hacer que lo veas más- Sus ojos habían
perdido un poco de ese brillo especial que tenían, y yo no iba a permitir eso-
Hablaré con Paul.
-No -negó enseguida y me sorprendí.
-¿Por?
-Porque si él no ha contactado conmigo, será
por algo.. ¿No lo ves? Solo es una noche -se rió aunque no me convenció su
comentario.
-¿Le diste algún número o dirección para
contactar contigo?
-Me preguntó si me volvería a ver.. -recordó-
yo le contesté con un "Cuando descubras donde vivo" -Se sonrojó- soy
así, ¡No lo puedo evitar! Con los chicos soy más misteriosa. -Me reí ante
aquello.
-Entonces.. ¿qué esperas? -me desesperé un
poco- ¡Es un Beatle! Hablaré con Paul..
-¡Que no! -se quejó- ya te he dicho, si a él
le intereso ya contactará conmigo, si no lo hace es porque no quiere >.<
-Ya está decidido- declaré, empezando a
caminar más rápido para que no me hiciera nada.
-¡Cómo lo hagas me enfadaré y no le hablaré a
ninguno! ¡ni contigo ni con John! ¡Me mudaré para que no me encontréis nunca!
-Exageró, una niña pequeña, pues igual. Me alcanzó corriendo y sujetó la manga
de mi abrigo- No lo hagas- me miró a los ojos aunque los míos se centraron más
en cómo me agarraba de la manga.
-No me dejes Beatrice -me preocupé- no se si
te has dado cuenta, que he dejado a mis amigos por ti, una chica que conozco
hace apenas tres días..
-No te dejaré- Me abrazó. - Pero por favor, no
hables sobre John con Paul, no me dijo nada de que no hablara con John sobre ella
;).
-¿De verdad que no? -sonreí.
-No, pero no hables de John a Paul.
-Vale- suspiré- yo solo quería ayudarte.- miré
su expresión.
-Si John hubiera querido verme, ya lo habría
echo -rechistó separándose de mi.
-Y si tú hubieras querido verle le
habrías dado tu dirección, o por lo menos la de tu trabajo- insistí, testaruda
como solía ser.
-Ya.. pero no pegaba con el momento- sonrió-
entonces, ¿qué esperas con Paul? -cambió de tema.
-¿Cómo que qué espero?
-Pues qué vas a hacer con él 1313..
-Conocerle mejor- me reí al pensar lo que casi
había pasado hacía pocas noches y hasta puedo jurar que me puse roja.
-¿No piensas hacer nada más? -preguntó
sentándose en un banco de hierro de la calle y me senté a su lado.
-¿Cómo qué?
-Unas cuantas botellas de vino, unos cuantos
besos, unos cuantos lametones.. , semidesnudos..
-Casi lo hicimos, pero le corté el rollo-
admití, poniéndome aún más colorada.
-¿Y lo haréis mañana? 1313 -preguntó.
-No sé.. no sé como hacerlo -miré al suelo
avergonzada.
-No
es algo que se sepa, es algo con lo que se nace sabiendo -reí al recordar mi
primera vez, que nunca me habían dicho nada de como hacerlo, y apenas sabía lo
que era.
-¿Y cómo es? ¿qué se siente? -preguntó algo
dudosa.
-Pues bueno -era difícil de explicar- es lo
mejor que puedes experimentar, siempre y cuando sea la persona indicada -saqué
eso de algún libro que había leído antes, y sin venir a cuento se me vino la
imagen de John.
¿Y cómo se hace? Nadie me ha dicho nada de
eso.. -Se avergonzó de nuevo.
-Tú solo déjate llevar, él hará el resto..
-¿De verdad? -me preguntó.
-Si, te lo aseguro. -Suspiró- El otro día
estaba nerviosa -confesó- puede que insegura, por eso paré, no sé a dónde
quiere llegar en.. "nuestra relación".
-En eso no te puedo ayudar, no tengo mucha
experiencia.
-¿Y si solo soy una más? Él dijo que era una
más de la lista.. pero que esperaba que fuera la última.. -Sonrió- ¿Y si no es
así.?
-Mary- intenté tranquilizarla- yo lo conozco
menos que tú ¿cómo voy a saber yo eso?.
-No sé -miró sus manos- le daré una oportunidad
¿qué puede pasar? -sonrió mirándome.
-No pasará nada, yo les hice eso a muchos
hombres y solo estuvieron enfadados conmigo y se les pasó al final -dije
recordando todo.
-¿Tú a muchos hombres? -preguntó extrañada.
-Se puede decir que hace unos años a los
hombres que conocía les empezaba a gustar, dijeron que me amaban y yo no sentía
nada por ninguno.. Tendría 16 entonces.
-¿Y qué hiciste? -preguntó interesada, con
curiosidad.
-Pues disfruté con cada uno -me reí- y
luego corté con ellos ¿qué podía hacer si no? -Yo tampoco me sentía orgullosa
de mi pasado, por eso ahora intentaba ser más independiente de los hombres, sin
novios, sin complicaciones.
-¿quedarte con alguno? -me miró sorprendida.
-No me gustaba ninguno- dije, tan indiferente-
jamás me he enamorado como para tener novio- "Jamás me han gustado los
novios" añadí en mi mente.
-Yo una vez, y no quiero repetir la
experiencia..
-Todo el mundo dice que es lo mejor que puede
pasar si es correspondido, claro que, yo no podría dar mi opinión.
-Ni yo -dijo dándole una patada a una piedra-
malditos tacones- se sujetó el tobillo quitándose el tacón, y luego al igual
con el otro.
-Pero si son muy bonitos -dije
riéndome. -Ponte tú los tacones y yo tus zapatos -me ofreció.
-¿Estás de broma? Yo con eso me mataría
-señalé sus tacones de aguja.
-Prueba, no pierdes nada -me dijo con tono
desafiante.
-¿No me crees capaz?
-No -se rió, se rió ¡en mi cara!.
-¡Trae acá! -dije quitándoselos de las manos y
poniéndomelos como sustitutos de mis zapatos.
-Venga, prueba. -Empecé a andar con ellos,
algo lento pues no solía llevar. Me puse recta y caminé como pude, intentando
hacerlo lo mejor que podía. -¿Una carrera? -le desafié yo a ella.
-Yo con tus zapatos ¿no?
-Claro.
-Vale -aceptó y se pudo los míos- lista.
-3,2... -antes de decir uno empecé a correr,
como podía con esos endemoniados tacones.
-¡Trampas! -corría detrás de mi. Yo me reía,
lo que dificultaba el no caerme. Tropecé finalmente como era de esperar y caí
dando trombos por la calle, riéndome a la vez.
-¡Beatrice! -Se fue hacia mi- ¿Estás bien? -
Yo lloraba, literalmente, de la risa.
-Dios, ven, te llevaré a mi casa, así te pones
ropa limpia y te limpias esas heridas ¿vale? -Me fijé en mi vestido, se había
raspado, nada que no se pudiera reparar con más parches. Y mis rodillas,
enteras ensangrentadas con raspaduras, nada que no se pudiera limpiar con agua.
-Además, quiero que hagas algo por mi -dijo sonriente. Me levanté, pensando que
podía hacerlo, es lo normal ¿no?, pero el dolor vino rápidamente a mi tobillo
que me lo abrasó. -¡AY!- dije cayéndome de nuevo.
-¿Qué pasa? -me preguntó.
-Mi tobillo, no puedo andar -miré a mi tobillo
como si todo fuera culpa suya, y de alguna manera lo era, él se había torcido.
-Yo te ayudo. -Me levantó ayudándome a cojear,
porque era eso lo que hacía.
-Me duele bastante. -admití con mala cara. -
no me gustan ya los tacones -dije devolviéndoselos.
-Ya somos dos, vamos al coche.
-Me
has roto un tobillo - me quejé cuando ya había subido al auto.
-Yo no fui, y dudo que esté roto.
Llegamos
a su casa, todo el camino en silencio hasta que bajé y dije -está roto.
-No, ahora camina. -Lo intentaba, pero
me dolía y daba saltitos con un solo pié. - No puedo- me quejé- Me he quedado
sin tobillo, tendrán que amputármelo y luego llevaré para de palo... mm..
una pata de palo *-* -Como una pirata*-* -
-Beatrice, no seas infantil. -Abrió la puerta
de la casa.
-Pero, si no puedo caminar, además, estaría
genial con una pata de palo *-*
-O no, venga, siéntate por ahí -y así lo hice,
entré en esa enorme mansión para sentarme en un enorme sofá de una tela algo
cara, pues no la había visto en mi vida.
-Algún día tendré una pata de palo, o un
parche en el ojo -fantaseé.
-Fijo que sí - Lo dijo irónicamente, no se lo
creía. Se sentó a mi lado con hielo en las manos, lo había cogido un momento de
la nevera. - Aquí tienes - me lo entregó.
Me quité el calcetín, con cuidado y dejé al
descubierto el tobillo hinchado. -Parece una super-patata. -Se rió con mi
comentario. -Venga, ponte el hielo ahí.
-Es que duele u___u
-Tranquila.. -me miró- oye..
-¿Si?
-¿Quieres ganar algo de dinero?
-Querer siempre quiero...
-Necesito que me pintes la casa -miró a su
alrededor.
-Mmm -era grande, pero acepté- Vale, genial,
pero ¿a qué te refieres tú con pintar la casa?
-Parecida a la tuya, quiero que mi casa me
defina.
-Entonces no hay problema, en cuanto me
recupere del tobillo lo haré.
-¿Si? -sonrió.
-Claro, en cuanto me recupere -le eché la
culpa con la mirada y me reí.
-Graciosilla.. ¿qué dibujarás?
-Lo que se me ocurra al instante.
-¿Qué te inspiro?
-Me recuerdas aa... -pensé- a chicas
encerradas en nubes que no pueden salir porque les da miedo caer.
-Ajá, ¿qué más? -sonrió.
-Sirenas con la cola enganchada en algas...
-Ajá ¿y es malo?
-No -negué.- es fácil salir de las algas ;)
-Ciero.. ¿Algo más?
-Si, un vaso de agua, por favor -le pedí.
-Vale -se rió y fue a por él- ahí tienes,
cuéntame de ti.
-Pues nada.. estoy coja -le recordé.
-Aparte de eso, de tu vida. -Me miró a los
ojos.
-Pues no tengo nada que contar, mi vida es
como cualquier otra -mentí.
-¿Si?
-Bueno, conocí a los Beatles :3
-Y yo -sonrió como una tonta.
-Ellos han marcado nuestras vidas, eso, y los
tacones -dramaticé.
-No usaré más tacones, necesito ropa nueva.
-Yo quizá alguna vez..
-¿Por?
-Quien sabe.. son buenas armas para tirarlas a
la cara de alguien -me refería a los tacones- te juro que como vea de nuevo a
Thomas me gustaría tener algo que tirarle a su cara de roedor.
-Te prestaré lo que sea.
-Tampoco quiero matarme con los tacones
-pensé.
-Tranquila, le mataré yo a él con ellos.
-Entonces encantada.
-Entre las dos ¿vale?
-Te guardaré un cachito -me reí.
-Genial entones -se rió ella también.
-Supongo que tendré que irme a casa -dije
mirandola- te tendrás que levantar para tu cita.
-Bah, no creo.
-¿Por qué lo dices?
-No sé, no se nada de citas.
-Bueno, pues normalmente se va guapa :3
-Eso lo sé, pero la cita es a las seis -la
veía preocupada.
-Ams.. vale ¿dónde?
-Ni idea, no me dijo nada -se rió como una
tonta y yo le sonreí ¿era así estar enamorada?
-Puede que te lleve al país de las maravillas,
como dijiste que me llevarías a mi e___e -El día de la fiesta, me lo dijo
y no me ha llevado todavía ¬¬.
-Aún puedo llevarte, pero no te portaste bien
en la fiesta.
-Bueeeeno seeeeeh, hubo algunos problemiilllas..
¡Pero yo no empecé ninguno!
-¿Acaso
lo que hiciste con John no lo empezaste tú? -Le miré riéndome.
-No, él fue quien empezó a hablarme y a
acercarse y..
-¿Y...? -quise saber.
-Él fue quien me besó primero -espetó.
-Y tú, como buena señorita, le dijiste que no
querías nada, pero él te forzó -Me reía.
-Si ¡claro! ¡fue eso! El pobre Mick... lo dejé
plantado u__u
-Si claro -me reí- ¿te sientes mejor?
-No me duele cuando estoy quiera, pero sigue
doliendo si me muevo, pero si, estoy bien, mañana será día de reposo.
-Puedes quedarte a dormir aquí, así no tendrás
que subir escaleras -le ofrecí.
-Mi apartamento solo está a unos escalones de
nada, además, no quiero quedarme aquí si vas a salir con Paul.
-No pasará nada -dije- mi casa.. -Lo pensé
durante un segundo pero al final accedí- es tu casa.
-Pero
enserio, prefiero no molestar. -Era algo estúpido, y ni si quiera yo lo
entendía pero por mi cabeza cabía la posibilidad de que John buscara mi casa ¿y
si yo no me encontraba allí? ¿y si se cree que no vivo allí? -Estaré
mejor allí -sonreí pensando en mi teoría.
-¿Hay
algún motivo oculto detrás de todo eso? -Vi algo en su mirada sospechoso.
-No
-mentí.
-Te lo veo en los ojos ¬¬
-Vaaaale -me rendí, bueno, no del todo- es que
han contratado un nuevo camarero en el bar, hablamos y hemos quedado -Algunas
cosas me las inventé :3
-¿si?
-Si, te lo tengo que presentar -volví a
mentir.
-Claro, bueno, pues te llevo.
-Vale ^-^
-Venga -me ayudó a levantarme. Me levanté
finalmente y di saltitos con una pierna hasta la entrada.
-¡Venga! :) ¡casi llegamos! -me animó.
-Yo puedo -decía confiada.
-Sé que no- me ayudó a que subiera en el coche
y subió ella en la puerta del piloto.
-Qué ánimos -dije cuando se subió al auto.
- A ver, ¿por dónde queda tu casa?
-¿No te acuerdas? Era al lado de mi trabajo,
es el apartamento de encima.
-Ah, si. -condujo hacia allí.
.....................
.....................
Salí del coche cuando llegamos, y me despedí de ella.-Gracias -dije- Ha sido una gran aventura esa de los tacones -me reí.
-Cuando quieras repetimos- se rió ella
también.
-No creo que quiera romperme de nuevo el
tobillo -contesté.
-No está roto, sólo torcido.
-Para mi es lo mismo u___u
-Quejica -sonrió- Adiós Beatrice.
-Adiós Mary -le despedí con un movimiento de
muñeca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario