sábado, 7 de septiembre de 2013

13 - Volare, Cantare.

(vamos a cambiar los colores, por cuando narran los chicos. Ahora Mary es rosa, Bea naranja, Paul azul, George morado, Ringo rojo y John verde)




Volví al final a mi casa esa noche dando un paseo, le había dicho a Paul que tenía ganas de dar una vuelta a solas. Como siempre cuando paseaba sola , me puse a pensar. Mi mente iba desde el momento que había conocido a Paul hasta el momento en que me había dicho por última vez "te amo" y, ahora que me había parado a pensarlo, sólo habían pasado unos pococ días, ¡era una locura! Y si lo pensaba bien...¿le amaba? No, no lo hacía, era muy precipitado, no estaba lista para eso, para amar a alguien que no conocía, era sólo un encoñamiento, un estúpido encoñamiento del que sólo había sacado perder la virginidad, ¿valía la pena seguir a su lado por unos cuantos polvos? Nah... Cuando me metí en cama mi cabeza daba vueltas, pero tenía algo claro, al día siguiente no iba a dejar que Paul me recogiera. Había alguien que llevaba años detrás de mi, mi mejor amigo de siempre, aquel chico dulce pero misterioso que había conocido años atrás, quizás él...me paré, ¡no Mary! Nada de pensar en chicos, nada de salir con chicos, sólo hacían daño. Y con esos pensamientos me fui a cama 

A la mañana siguiente en la universidad me obligué a mi misma a no pensar en Paul, y descubrí que no era tan difícil, sólo requería un poco de esfuerzo y pensar en cosas más importantes, como mis estudios. Al salir evité la entrada principal y salí por la trasera, para que Paul no me viera.

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Menos mal que Mary se fue, me dio tiempo a reflexionar. ¿Qué coño había hecho? La cita que le monté a esa chica fue para llevarla a la cama, y ya lo había hecho.. ¿qué hacía mintiéndole diciendo que la amaba? Ahora tenía miedo de volver a verla, no sabría qué decirle, no tenía ganas de irla a buscar a la universidad al día siguiente. Pero la tuve que buscar, aunque por mi suerte, o eso creo, no la encontré, y no me comí mucho la cabeza en buscarla. Así que volví a casa con los chicos, haciendo el gandul . 

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------


Me había dado cuenta aquel día de como eran aquello Beatles en la realidad. Personas normales. 
Cuando John se dobló el tobillo me di cuenta de que era alguien como yo, que se podría lastimar al igual que me podía lastimar yo. La gente pensaría que estaría feliz de conocer a famosos pero en verdad conocer a famosos me daba totalmente igual (descartando a algunos como Elvis) 
Cuidé a John, bueno, más bien le ayudé a tumbarse al sofá, parecía algo molesto de estar cojo. Ringo nos preparaba la comida, y le servimos a John la suya en la mesa baja de al lado del sofá. Comimos George, Ringo, John, y yo  allí, hablando de nada importante en realidad. 
Al terminar de cenar me despedí de ellos corriendo al darme cuenta de lo tarde que era, y los compromisos a los que debería haber asistido, mayoritariamente a trabajar. 
Al día siguiente todo fue normal, me levanté temprano y me hice la cena para no tenerla que hacer cuando volviera del trabajo. Comí en el bar y volví a la tarde noche, más tarde me daría cuenta que aquel día no volví a pensar en los beatles de la misma forma que pensaba al día pasado habiendo estado algo drogada y bebida, como amigos. Los veía más bien como conocidos a los que he dado gusto de presentarme  y pasar poco más de un día con ellos. 

Me encontré a un chico alto, de cabello negro y despeinado , ojos grandes azul claro, espalda ancha y perfecta..  Resumiento, me encontré a Edward tumbado en el sofá de mi casa comiendo de un paquete de patatas fritas que habría cogido de mi despensa. 

Llegué a mi casa dejando las cosas y lo miré - Pero mira quien está aquí..
-Y tan guapo y sexy como siempre -rió dejando las patatas- me tomé la libertad de coger unas -argumentó por el paquete ya casi vacío de ellas. 
-Me da igual que cojas patatas, algún día confío en que engordarás y dejarás de robármelas. 
- Con todo el ejercicio que hago no puedo engordar - sonrió - ¿Vienes de trabajar?
-Si, he estado todo el día fuera. ¿Y tú? ¿Vienes de otro país?
- Pues de América, ¡y con sorpresas!.

-----------------------------------------------------------------------------------------------------

Me fui a mi casa me puse a hacer trabajos de la universidad y empecé a leer un buen libro. Una de mis "Amigas" me había llamado y me había invitado a cenar para contarme no se qué de un nuevo ligue, el centésimo primero que se pasaba por las piernas. Para cambiar la monotonía de mi vida, acepté ir. Mi amiga parecía encantada de que yo hubiera aceptado y puntual estaba en el restaurante ya con la mesa cogida. Me senté en la mesa pero empecé a escucharla y me aburría, casi durmiéndome. -He perdido la virginidad. -comenté comiendo. 
-¿¡Qué?! ¿y como es que no dijiste nada antes? - apartó su plato para apoyar los codos en la mesa, la cabeza en sus manos y mirarme atenta a todo lo que contara.
- Pues fue un chico que conocí en la fiesta el otro día - quizá era ella la mejor "amiga" que tenía. Por muy pesada que fuera, por lo que no me molestaba contarle lo sucedido.  - me invitó a comer a su casa y acabamos en su cama haciéndolo, tres veces - me mordí el labio observando su expresión de sorpresa, o quizá de celos. 
-Wow, tres veces -comentó imaginándoselo en la mente- ¿y cómo era el chico para que una chica como tú tan buena engañara a Josh?  
- Pues divertido, inteligente y un mujeriego, supongo que su carisma atrajo a la parte más rebelde de mi - sonreí dispuesta a no revelar la identidad de Paul.
-¿Y crees que tiene dinero? *w* -Preguntaba, siempre interesándose por el dinero. 
- Me parece que si - me reí - pero tu ya tienes tu ligue ¿no?
-Si, pero lo decía para ti. Quizá puedas convencer a tus padres de cambiar a Josh por el nuevo, depende de cómo de rico sea.
- No les gustará, y no creo que quiera casarme....con nadie
-¿Cómo que no? si el compromiso ya está hecho.
- Ya pero hace dos meses que no le veo así que...
-Aún tus padres planean la boda así que sigue en pie
- Lo sé, no me lo recuerdes anda..
-Venga, será divertido, es lo que tienes que hacer, Josh está forrado.
- ¿Y? Es un estúpido superficial - dije mientras veía como ella clavaba su mirada al fondo del restaurante ¿qué era lo que tanto miraba?

---------------------------------------------------------------------------------------------------

-¿Ah si? ¡Cuenta! -me senté con los pies arriba y la cabeza boca abajo casi rozando el suelo con el pelo  en mi sillón aquel tan típico que tenía de una persona.  Edward se fue por el pasillo hacia una habitación y cuando salió tenía un niño de unos 5 años cogido de la mano- él es Silvestre -sonrió. 
-¿Qué haces tú con él? ¿Y por qué lo traes aquí? -pregunté colocándome bien en el asiento.
- Es hijo mío - comentó.
-Vale, eso lo suponía -dije pues tenían cierto parecido-  pero ¿Qué hace aquí? -pregunté acercándome al pequeño.
- Su madre me obligó a quedármelo un tiempo -Me reí- que gracioso verte de niñera. ¿Puedo sacarte una foto? . 
- Si quieres ... -contestó riendo
-Vale, quiero tenerla de recuerdo "Edward cuidando a uno de sus hijos, apocalipsis" -dije cogiendo la cámara de un cajón de una cómoda. Él se rió- venga Silvestre, sonríe -le dijo al niño, pero él seguía quieto.  
-Le habéis puesto un nombre curioso -les hice una foto juntos. 
-Ha sido la madre.. es.. -miró al niño- pues igual que él. 
-Me gusta -dije riendo, haciéndoles otra foto más. - pienso hacer un álbum con fotos apocalípticas, y esta es una de ellas.- Noté como la mirada del niño se clavaba en mi con los ojos muy abiertos.  Yo sonreí mirándolo y me acerqué a él para acariciar su nariz con un dedo- qué pequeño es, no sé como alguien se atreve a dejarte a cargo de un niño tan pequeño -comenté mirando a Silvestre. 
- Es que ella se está tirando a otro y quiere tiempo. 
-Habrá que ver las mujeres con las que te juntas.. -reí.
- Se rió - sólo imagínate querida, le di de comer, espero que no te importe.
-¿Por qué me iba a importar?
- Porque es tu comida y tus pinturas las que le di después.
-Lo de la comida me da igual pero.. ¿qué dices de mis pinturas? -dije levantando una ceja. 
- Pues le di unas ceras y un folio para que se entretuviese
-Ah bueeno, ceras. Creí que me habíais gastado los pocos botes de pintura que me quedan.
- ¿Te quedan pocos? Yo te los pago, ¿vale? Te debo dinero.
-No, da igual, sabes que no me gusta que me paguen nada.
- Se rió - si no te los hubiera comprado ya... 
-Serás idiota, sabes que no me gusta que me pagues nada.
- Es mi regalo del viaje. -Me reí- eres demasiado idiota. -Ahora se rió él- Pero aún así fui quien te llevó al altar -recordó nuestra boda.
-Si claro, guardo la foto en el álbum con fotos apocalípticas
- Se rió - sí, ese fue un día apocalíptico. 
-Y tanto, creí que era el fin del mundo, quizá me decepcionó no ver zombies y fuego por toda la ciudad.
-Sólo fue sexo, pasión y amor.

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------


-¿Has visto eso? -preguntó aún mirando al fonto, yo miré a todos lados. -¿el qué?
-¿Has oído hablar de los Beatles? Creo que estoy viendo a dos de ellos -dijo totalmente con los ojos abiertos. 
- ¡¿Qué?! - Grité tirando la copa de champán sobre mi misma.
-¿Pero qué haces? -se rió mirándome un momento pero luego los volvió a mirar a ellos- mira, creo que uno es.. ¿cómo se llama? Paul.. si, Paul, McCartney y el otro John Lennon.
- Oh madre creo que...no pasa nada - sonreí - son monos, si, pero Paul es demasiado mujeriego, quizá John...
-¿Crees que hay algún beatle no mujeriego? -rió- con todas las chicas que se arrodillan ante ellos creo que ninguno será de una sola mujer... me encantaría ser una de esas mujeres que acaban en la cama de uno de ellos -dijo suspirando al imaginarse aquello.. yo no sabía qué decir. 
- Prueba, venga, acércate a ellos - reí - suerte.
-Ahora no puedo, están trabajando ¿no? parece una reunión, me echarían directamente de la conversación, hay que esperar a que terminen de cenar... y nosotras terminamos de cenar al mismo tiempo.. nos vamos a la puerta para salir al mismo tiempo y nos chocamos con ellos. Plan perfecto. 
- ¿Qué me darás a cambio de que te ayude con ese plan? - Dije, pensando las posibilidades de no hablar con Paul.
-Lo que quieras. ¿Qué quieres?
- Me reí - nada, tranquila, pero...no me voy a quedar ¿vale?
-¿Por qué? -preguntó- ¿acaso eres retrasada o algo? ¿tienes miedo?
- No quiero juntarme con chicos hoy, es mi noche libre
-Si es tu noche libre ¡razón de más para juntarte con chicos!
- ¿Con cuál vas a intentar acostarte?
-No sé.. ¿con los dos?
- Pues bueno...se están levantando...vamos anda - no me gustaba nada el plan pero éramos amigas ¿no? Lo hacía por ella, como ella...había..hecho..¿por mi?
-Eres genial -dijo dejando dinero en la mesa, daba más de lo que debía sobrando demasiado pero era la propina- vamos a la puerta lentamente.. -comentó haciendo lo dicho. Asentí y la seguí- me debes una enorme ¿entendido?
-Si, si, entendido. Ahora dime ¿cómo se habla con ellos?,  son Beatles -dijo totalmente pasmada con ellos. 
- Sólo, sé tu misma - me reí mientras ella se chocaba estrepitosamente contra Paul para captar su atención.  Paul se dio la vuelta buscando a esa persona con la que se había chicado y la miró- Ah, lo siento, ha sido un error mio -se disculpó- por no ver por donde iba. -Yo miré a otro lado mientras él observaba a mi amiga. 
Pero no tuve mucha suerte, Paul al mirar a mi amiga desvió la mirada hacia mi- ah, hola Mary. -se notaba quizá algo frío, si, más frío de lo que habría estado si siguiéramos como antes, por lo que me dio a pensar que él había pensado lo mismo que yo. 
-¿La conoces? -Preguntó mi amiga totalmente sorprendida. 
- Un poco sólo, bueno, yo ya me iba - dije mirándola - suerte ¿si?.
-Ey, espera Mary. -Dijo Paul- ¿no crees que deberíamos hablar?. -Paul me miraba, y mi amiga levantó una ceja mirándome, intentando adivinar qué pasaba.
- No, está todo hablado ¿no crees? - Sonreí. 
-Creo que no.. La última vez que nos vimos teníamos los dos un comportamiento diferente, pero bueno, si crees que si está todo hablado, está todo hablado.
- Sólo que..hicimos una locura y quizá debería quedarse así ¿no? Como algo bonito.
-Si tú quieres -sonrió.
- ¿Tú que opinas? - pregunté, mirando hacia John, John se fijó y respondió él mismo. 
-Opino, muchas cosas en la vida. Si especificaras un poco más.. quizáa..
- Sobre lo que estoy diciendo - le dije a Paul. 
-Pienso que estás haciendo lo correcto -contestó Paul y parecía que lo decía convencido.  -Me reí- pues ya está, bueno, ella es Angela, que disfrutéis. -Paul se rió- ¿Tú te vas? -me preguntó. 

---------------------------------------------------------------------------------------------------------

-Si, tienes razón, fue una bonita noche la que pasamos.
- Se rió - admite ¡que te encantó!.
-Claro que me encantó, fueron los mejores días de mi vida. 
- Y los míos, mejor que andar viajando - rió, Silvestre no dejaba de mirarnos.  Yo sonreí y le di un beso en los labios con cariño a Edward. -Te encanta viajar así que no te quejes. 
-Si, pero estoy lejos de casa.
-¿De qué casa hablas?
-Esta casa, donde estás tú. -Sonreí- tómatelo como un juego de niños, y cuando te cansas tienes esta casa que es como un descanso de todo. -Él sonrió- ¿no vas a mudarte a una mejor? -me preguntó. 
-¿Me ves a mi en un apartamento más grande? quizá, en uno más pequeño..
- Sería claustrofóbico - se quejó
-Ya bueno, vivir en londres es muy caro, no esperes que viva en algo más grande que esto. 
-Podría ayudarte a pagarlo ya que es nuestra casa
-Y yo te repito que no.
- Bueno, como quieras - se rió - pero ocuparé tu casa entonces. 
-Vale, ocúpala, me gusta tener compañía. -Me fijé en que Silvestre a penas se movía, parecía un niño un tanto extraño. - ¿sabes qué? está perfecto para una película de miedo.
- ¿Por? No es de muchas palabras la verdad...-explicó Edward. 
-Es muy pequeño aún. ¿Cuántos años tiene? -pregunté. 
- Cinco - rió mirando al pequeño. 
-Bueno, yo a los cinco años tampoco hablaba a penas, sólo lo suficiente. -Miré al niño- Silvestre ¿quieres jugar a algo? -El pequeño sacó un coche de su bolsillo- coches.  -Sonreí y me fui a la cómoda, del cajón saqué un coche en miniatura, un escarabajo amarillo- coches -le contesté yo a él. Silvestre se sentó en el suelo bajo la atenta mirada de su padre y empezó a mover su coche, me senté yo a su lado con el mío. -Anda Edward, juega anda. 
-Vale pero. .. no tengo coche. 
-No te preocupes ¿sabías que yo colecciono coches de metal? -reí sacando de la puerta baja de la cómoda otro coche, uno llamado en aquella época "tiburón" . 
- Sonrió - este es perfecto - lo miró con detenimiento. 
-Claro, si es mío.. tss.

----------------------------------------------------------------------------------------------------------------

- Pues ella creo que quiere espacio así que sí. 
-Bueno, pues este es John espero que disfrutéis -dijo poniendo a John en frente mía sujetándolo por los hombros, la expresión de John era de sorpresa como la mía
- ¿Qué?  ¿A que viene esto?.-Pregunté.
-Bueno, así estamos en paz -contestó él. 
-¿De qué coño hablas ahora McCartney? -preguntó John.
- ¿Ves Angela? Ya tienes un beatle para ti - entendí. Pero Angela no se enteraba de nada. -Angela, bonito nombre ¿puedo invitarte a una copa? -preguntó Paul a ella cogiendo su mano, y enseguida Angela se olvidó de todo lo demás. 
John se encogió de hombros- este chico jamás cambiará - se volvió hacia mi- Pero es buena gente ¿sabes? Pues te ha dado el gusto de conocerme.
- Bueno yo me voy a casa - me reí, mirando como Angela se iba con Paul aunque en el fondo, muy en el fondo, quizá me estaba quejando- si, ya. 
-¿Puedo ir yo también? 
- Bueno, puedo...ofrecerte una copa - miré a mi amiga, si era ella así...¿por qué no yo?
--Sonrió- perfecto, porque nos van a dejar solos, y no puedo dejar a una chica como tú sola -Sonreí. Después de eso le indiqué el camino a mi casa. Se comportaba como todo un caballero, algo me fallaba en esa situación. 
Llegamos a mi casa y le ofrecí una copa de la amplia variedad de licores que tenía, todos carísimos. 
-Veo que no te la juegas con las bebidas -dijo sirviéndose un vaso.
- Mis padres las pudieron ahí para las visitas.
-¿Tus padres te ponen las cosas en tu casa?.
- Pues...si - dije bebiendo de una copa llena de..algo, un licor cualquiera con un sabor horrendo pero que bebía para olvidar ese sentimiento había aparecido muy dentro de mi 
--Sonrió, con una media sonrisa seductora- ¿y ahora mismo controlan si yo he entrado en esta casa?
- Quizá este mi padre mirando a través de la ventana si me quitas la ropa -le seguí el juego. 
-¿Me dejas comprobar si es verdad? -preguntó.
- ¿Y cómo? Puede que tenga un doberman listo para matarte. 
-Asumiré el riesgo. 
- Pues prueba - dije bebiendo la copa de un trago. Él se terminó la copa de una sola vez y se inclinó para besarme, respondiendo yo su beso. Su beso fue perfecto, me besaba mientras sujetaba mi cintura con sus manos delicadamente. Le seguí el beso intentando llevar el control de la situación, él, por tanto, al rato trasladó sus manos desde mi cintura hasta mi trasero poco a poco mientras besaba con mayor intensidad. Me dejé llevar al sofá recostándome en él, ante ello John apoyó una rodilla en él mientras me quitaba el vestido. Le quité la camisa concentrada en nada más que eso y su pecho, John, concentrado también en desnudarme se fue extendiendo junto a mi en el sofá. 
- Creo que debería buscar un preservativo... -John sacó uno del bolsillo trasero de su pantalón- siempre estoy preparado. 
-Oh, ya veo -se lo cogí y miré disimuladamente la talla y el sabor sonriendo. John soguió besándome el cuello mientras se quitaba el pantalón.  Se los bajñe, y los calzoncillos igual, buscando el lugar donde poner el preservativo con mis manos inexpertas.
John se adueñó de él y se lo puso él- dejemos a un profesional. 
-Si, mejor- reí- aunque con todo lo que tocaría te excitaría más. 
-Prefiero dejalo bien puesto, por precaución -rió. 
-Mejor mejor -reí siguiendo con los besos en su cuello. John seguía besándome también el mio mientras me acariciaba los muslos y empezaba a bajarme la ropa interior. 

----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Se rió - y Bea ha vuelto, Silvestre no mires. 
-Es que Bea estaba dando un paseo ¿sabías? .
- Pues que vuelva a salir, así nos da un respiro  -le empujé aunque de forma cariñosa -cállate. -Silvestre seguía moviendo su coche aunque nos miraba- calla tú. 
-Mi casa mis normas, calla tú -contesté y se rió.- Testaruda, cabezota... 
-Te olvidas de frívola, malvada, errante, perfectamente imperfecta..
- Loca, psicópata, maniática...
-Si, me definen muchos adjetivos -admití. 
- Pero sobre todo hermosa.
-Que bonito Edward, te daré una chocolatina imaginaria por eso.
- ¡Yupi! - Se rió, Silvestre seguía callado, me llamó la atención. -Anda pequeño habla, tienes libertad de expresión en esta casa. -Pero él negó con la cabeza mirando ahora al coche - es tímido -dijo Ed. 
-Si ya veo, todo lo contrario a ti. 
- Si bueno, y a su madre...
-Quizá no seas su padre -reí.
- Eso pensaba- dijo Ed mirándolo. 
--Sonreí- lo intimidas, no eres buen padre 
- Es que nunca habla y me pone nervioso
-Mejor, la gente callada es la más lista.
- Sonrió - tiene mucha vida interior.
-Y tendrá mucha imaginación, seguro. 
- Sí, eso si :'3
-Mira como se te pone la cara de tierna Edward -reí
- Cara de tierno, soy un Macho. -Silvestre seguía mirándonos. 
-Si, todo todito eres un macho -reí
- Se rió - gracias 
-No era un cumplido ....... 
- Se rió de nuevo - sabes que te agradezco hasta los insultos amor
-Si, es que me amas demasiado -le envié un beso en el aire.
-Depende del día mi amor -no paraba de reír. 
-Ah, gracias -me reí, él también se rió y Silvestre seguía quieto sin entender nada. 
-Anda deja de hablar de eso -reí mirando a Silvestre
- Asintió - bien pues..hablemos de por qué hay preservativos usados entre las sábanas.. -reí-  llegaba tarde al trabajo y no me dio tiempo a recogerlos. 
- Joder es una cerdada - reía - menuda higiene tienes hija.
--Me reí- pensaba limpiar la casa cuando te he encontrado ensuciando mi sofá con migas de patatas fritas.
- Pues así limpias un poquito más - se reía
-Vete a la mierda -reí
- Vete a la mierda - me imitaba riendo - ¡esos modales!
-Mis modales mis modales... preocúpate por los tuyos querido.
- Yo los cuido cuando necesito hacerlo. Aquí...no 
-Pues eso, yo tampoco necesito cuidar mis modales aquí 
- Si porque eres una dama y las damas los cuidan siempre
-¿Yo? ¿dama? -solté una carcajada. 
- Si, tú, tienes cierta parte femenina ¿no? Eres una dama
-Si, claro, mi hermana tendrá algo en la cocina
-Una dama de pacotilla
- Pero una dama.
-Nah, de pacotilla, no son verdaderas, no son de marca oficial
-----------------------------------------------------------------------------------------------

- Estaba algo nerviosa en aquel momento. Quitó mi sujetador y besó mis pechos como pareía que a él le gustaba. Sonreí cerrando mis ojos- mmm menudos besos. 
--Sonrió- sabía que te gustarían -dijo mientras acariciaba mi cintura y a la vez que seguía con esos besos empezó a moverse sobre mi.  Yo sonreí al sentirlo ya dentro de mi -¿todos los beatles lo hacéis tan bien? 
-No, yo el que más -presumió mientras aceleraba sus movimientos. Abrí un poco las piernas, a mi amiga Angela le había dado tiempo a darme consejos. Él parecía que ahora se movía con mayor facilidad mientras besaba mi cuello. Las abrí más relajando la cadera y él se siguió moviendo cada vez más fuerte y con más rapidez sobre mi. Suspiré empezando a enroscasr mis piernas en su cintura. Él se apoyó con las manos en el sofá para coger m´sa fuerza -Dios, ¡John! -grité empezando a rozar nuestras caderas.  Él gimió mientras iba más rápido sobre mi y besaba mi cuello. Suspiré dejándome llevar, pero no me di cuenta que alguien entraba en mi casa.
-Joder Mary, ¿no eres virgen? -rió mi hermano,  apoyado en la puerta de mi salón. Pegué un grite, mezclado con sorpresa y placer -¿¡Mick?!  -John rápidamente ocultó su rostro en mi cuello mientras moría de risa. 
-Ahora vendrían bien unas patatas fritas o palomitas para ver la película porno- Dijo a sus espaldas, Keith Richards. 
-¡Llamad al timbre antes de entrar! -me quejé tapándome la entrepierna. 
-Joder tíos, que susto -dijo John dando la cara. 
-Anda, pero si es el mismísimo Lennon, joder, no te esperaba aquí tío.  -John se tapó con un cojín- ¿qué hacéis aquí cabrones? 
-Iba a visitar a mi hermanita, creía que estaba estudiando o algo -dijo Mick riéndose. 
-¿Es tu hermana? -se sorprendió- eso no lo sabía yo. 
-Molestar, has venido a molestar, ni un orgasmo me dejas tener tranquila. 
-No te preocupes, si quieres luego -Keith haciendo movimientos de cadera. 
-Ey ey ey ey ey, yo termino el trabajo que empiezo. -rió John. 
-Si, eso después tú en tu casa con tus manos -me quejé- ¿algo más Mick? 
-Pues que también venía a cenar por aquí con Keith, ya sabes, parar el rato -dijo riendo.
-Que cabrones sois joder -dijo John riendo. 
-Keith... ¿podrías dejar de mirarme los pechos? -pregunté. 
-No- confesó él sin parar de hacerlo- son muy bonitos ¿sabías? 
-Joder Richards, es mi hermana, yo no puedo mirarla, mierda -se quejó Mick. John se reía a más no poder. 
-¡¿Mirabas tú también?! Dios mio... 
-No, no he mirado hermanita, no estoy tan enfermo. 
-¿Enserio? -rió John. 
-Si, claro, créelo aunque te cueste Lennon. 
-Si, lo está, ¡no me obligues a recordar tu pasado! 
-Está mintiendo -dijo Keith negando con la cabeza riendo- vamos a coger algo para comer ¿no Jagger? -se dirigió a mi hermano. John se reía- no me habías contado que tu hermano era ese mendrugo -me dijo. 
-Dios mio -me puse las bragas y me levanté- intento ocultarlo para no espantar a la gente. 
--Se rió- te comprendo, con un hermano así cualquiera lo haría -se puso sus pantalones.  Les seguí a la cocina con sólo mis bragas encima, molesta - ¿qué coméis?
-¿No te vas a tapar tus pechos hermana mía? -preguntó Mick. 
- No, porque es mi casa y sé que os incomoda. -Me fijé en que Keith se hacía un bocadillo- ¿quieres algo Lennon?
-No gracias -rió John negando con la cabeza. 
-No nos incomoda, es más, hace que nos quedemos más aquí -me contestó Mick. 
- Perfecto, adoro tu compañía hermano enfermo mío
-Cuanto te quiero hermana pornosa mía 
-Pornosa hoy porque creíamos que eras virgen -dijo Keith riendo
-Que pena, Richards te quería desflorar.
-¿Eras virgen? -se sorprendió John. 
- Pues no lo soy, y ¡qué asco! Y no John, no sé si te acuerdas que Bea y tú nos pillasteis a Paul y a mi...
-Ah si, es verdad, casi me olvido -rió.
- Pues eso - dije comiendo un poco, justo en frente de Keith, el cual no paraba de comer mientras miraba mis pechos. 
-Mira que baboso es -dijo Mick dándole un golpe en la cabeza.
- ¿Te gustan Richards? - Me acerqué.
-No sabes cuanto.
-Ah por favor Mary, te creí una presa más difícil, veo que a ti te llevan a la cama con la mirada -dijo mi hermano. 
- Sonreí sin prestarle atención.  - ¿quieres tocarlos?.
-No, Mary, no me seas tan fácil. No quiero que ahora me digan las típicas bromas de "Si jesús murió clavado con 3 clavos como es que no se muere tu hermana que se la clavan tanto?" no, no me vas a hacer caer en esos chistes, tú eras la buena e_e. -Entonces de repente, mientras yo lo miraba con rabia, Keith y John se hartaron de reír. Le miré con odio y le pegué una bofetada con todas mis fuerzas yéndome a mi cuarto para encerrarme allí.
-Creo que se enfadó -comentó comiéndose su bocadillo, es lo último que le oí decir a Mick 


-----------------------------------------------------------------------------------

- ¿Y? Podemos hacerlas oficiales
-No, paso, soy muy defectuosa -reí
- Puede arreglarse 
-No, pero soy muy testaruda y paso
- Eso si lo eres - rió
-Pues dejémoslo así, me gusta
- Bueno, como quieras - rió - ¡Te llevaría en mis viajes!
-Me has llevado a muchos -reí- y ha resultado muy mal
- Te llevaría en mis viajes - ofreció Edward, de nuevo, insistiendo, y cuando insistía al final conseguía lo que se proponía. 
-Pero siempre acabamos mal, no sé.. nos prohibieron la entrada en Fraancia, por ejemplo.
- Quien sabe, quizá este sea bonito.
-Depende al lugar que me lleves.
- Hawaii, las Bahamas, América..
-¿Por qué siempre se dicen los mismos lugares? A mi me gusta Asia.
- Pues vamos a Asia ¿quieres?
-Vale pero ¿cuándo?.
- Pues cuando me digan que voy allí...
-Vale, pues intenta avisar antes, hay gente que trabaja en otras cosas.
- Vale, aviso - rió.
-No me avisarás, lo sé -reí.
- lo haré, por carta, otra cosa es que llegue... -eso significaba que se le olvidaría mandarla y luego diría que no llegó como excusa. 
--Reí- normalmente llegan a la tostadora
- Pues mira la tostadora ¿si?
-La miraré, claro, todas las mañanas a la hora del café
- Muchas gracias amorcito
-De nada pastelito mío -reí.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------

- Me quedé allí encerrada, molesta, mirando a la pared mientras leía un libro, intentado calmarme, desde  arriba se escuchaba que abajo había risas y seguían disfrutando entre amigos. Al final decidí esa misma noche, molesta, enfadada, ofendida..  Pensando que que los hombres sólo servían para estorbar, llegando a la conclusión de que ninguno tenía corazón... aquella misma noche decidí que no más chicos, no, pasaba de sufrir la vergüenza, el engaño, el dolor... 
Ellos al final desaparecieron, me dejaron sola. En la cocina había dejado, por la letra reconocí, una nota Mick, mi hermano. La miré con odio, me habían hecho odiar a todos los chicos.. aunque esa nota pidiera disculpas.. parecidas a las disculpas que salen del corazón, pero la rompí totalmente enfada, me sentía engañada e utilizada de algún sentido. La tiré a la chimenea para no encontrar los trozos de aquella nota que no deseaba tener en mis recuerdos. 
Al día siguiente fui a clase sin preocuparme absolutamente para nada por los chicos y volví a casa, como debería ser. Aquel mismo mediodía apareció otro chico en mi puerta. No me molesté en abrir pues estaba realmente enfadada. 
Llamó de nuevo una vez más dando golpes con los puños en la puerta. 
- ¡NO ESTOY SI ERES DEL GÉNERO MASCULINO!
-Venga Mary, quería pedirte disculpas. Enserio. Es raro que yo dé disculpas así que aprovéchalas -la voz de John atravesaba la madera de la puerta que nos separaba. 
- No me interesan, sois todos exactamente iguales.
-No, algunos somos más personas que otros.
- Di tu disculpa, venga. -abrí la puerta para poderle ver, poder ver que era él y estaba solo.  
-Perdón, creo que ayer me comporté como un cretino, sólo quería llevarte a la cama y ni me despedí cuando me fui me reí de las gracias de tu hermano y no me fijé en que te hice daño..
- Pues es algo tarde...¿no crees? 
-Si, es que acabo de levantarme de mi resaca
- Me alegro de que te lo pasaras bien con mi hermano
-Si bueno, no me acuerdo de nada después de que nos fuéramos de aquí.
- Genial. - Dije sin mucho interés.
-¿Sigues enfadada?
- No, me da igual lo que hagáis juntos.
-Vale, solo te digo que no tendría por qué venir a dar disculpas si ni si quiera te conozco, y te las estoy dando.
- ¿Y por qué? 
-Porque... algo me dice que nos vamos a tener que ver más, no digo de salir nosotros dos, si no por lo que sea, y paso de tener una enemistad más.
- Pues..disculpas aceptadas - sonreí un poco
-Gracias -sonrió satisfecho- me alegro de no ser insultado más por tu linda boquita

-------------------------------------------------------------------------------------------

- Me besó - ¿qué has hecho estos meses?0
-Trabajar, pintar, trabajar.. fiesta, fiesta,  conocí a los Beatles, pero ya no los he vuelto a ver más. Y conocí a la hermana de Mick Jagger, pero ya no la he vuelto a ver más.
- Wow, conoces a famosos , que categoría. -Me reí.-  En verdad ellos deberían festejar que me conocen a mi.  A mi en verdad me da igual que sean famosos, siguen siendo igual de idiotas que la gente normal.
- ¿Y como son los Beatles? - Preguntó.
-Pues.. muy ligones, en eso me recuerdan a ti, y muy trochos, divertidos, y no parecen gente tan famosa, llevan una vida.. normal en sus casas.
- ¿Y la hermana de Mick? - Preguntó, ligando ya.
-Es muy guapa, muy atractiva, muy a tu disposición sexualmente si no te ve Paul McCartney y.. no sé, no la conozco mucho, es divertida también.
- ¿En serio? Mmm suena interesante y...¿Paul está por ella?
-No sé, eso parecía -me reí.
- Pfff nada que yo no pueda cambiar.
--Me reí- no cambiarás nuuuunca.
- ¿Por qué iba a hacerlo si me va bien como soy?.
-Te irá bien hasta que cojas el sida o algo
- Lo dudo
-Pues duda, dudar está bien.
- Bla Bla - reía - ¿Vas a hacer algo que no sea molestar?
-Eso mismo me pregunto de ti desde que te encontré hoy en el sofá comiendo patatas
- Se rió - Por eso nos casamos ¿no?
-Si, para encontrarte en el sofá comiendo patatas 
- Se rió de nuevo. - Para que te burles de mi.
-Si, hacemos una pareja perfecta amor! -reímos y le besé. 
 - ¿Tú crees? 
-Si, claro, perfectísima -miré su sonrisa- Entonces genial. -contestó. 
-¿Hasta cuando te quedas?
- Una semana - Me besó despacio. 
-Genial, pasaré el rato a tu compañía -dije siguiendo con el beso.  
- ¡Si! En pareja ¿no?
-Claro -dije besándolo- para eso estamos casados.
- Si, por algo nos casamos.
-Para algo sirvió ese esfuerzo -dije con mi sonrisa burlona. 
- Sí, fue tan enorme el esfuerzo - bromeó
-Si uuff, es que costó demasiado -dramaticé
- Pues a mi más, que yo lo pagué - empezó a reír.
-Porque tú quisiste -reí- estabas tan empeñado. Te fumaste algo muy fuerte
- Sí, tu amor - me besó sacando su lado cariñoso. 
--Le abracé besándolo - mi amor no podía ser tan fuerte para hacer esa locura. 
- Pues lo fue, por lo menos en el momento de decir "si quiero"
-El tuyo si que fue fuerte para que yo aceptara a casarme contigo amor -dije besándolo, recordando aquella escena en Roma, al aire libre, aquella vez que le dije que le amaba para siempre y aceptaba unirnos con los anillos. 
- Es que al final si vamos a ser la pareja perfecta. -contestó. 
-Si, una pareja que no vive junta a penas y que tiene otros rollos, la pareja perfecta- ironicé un poco, pero en aquel momento sí me parecía la pareja perfecta. 
- Pero no nos peleamos, que ya es algo ¿no?
-Nunca nos hemos peleado -sonreí
- ¡Por eso! - Me  besó - hay parejas que eso no lo consiguen.
-Porque las demás parejas no se pueden comparar con nosotros .
- Exacto - reía.
-Es que nadie se puede comparar con tu locura
- Ni con la tuya amor.
-Le besé.- pasteloso.
- Gracias. 
-De nada pasteloso.
- Me  besó de nuevo - ¿Qué haremos esta semana?.
-Pues, cuando no trabaje, iremos a hacer algo por ahí ¿vale?
- Perfecto, podríamos mmm....mantener relaciones.
-Si, esas clases de relaciones.
- Mm ¿te parece?.
-Si, mucho, contigo, claro.
- Sonrió - bueno, ¿a que hora trabajas?
-A la hora de comer últimamente todos los días..
- ¿Quieres que te acompañe? Podemos comer allí algún día.
-Claro, y que me distraigas ¿no? -reí.
- No, sólo comeremos.
-Si, eso dices -reí- tráete un día a Silvestre y os invito a comer ¿vale?
- ¡Eso decía! -Dijo riendo. 
-No no, decías de comer juntos, no decías de yo invitarte e_e tendrás morro. 
- Se rió - te Amooooo. 
-Si si, cuando te interesa.
- A todas horas, nena -me guiñó un ojo. 
-Y voy yo y me lo trago -le besé.-voy a dormir, hoy estoy agotada para soportarte más. Mañana nos vemos amor.
- Vale, adiós mi amor - Me dio un beso largo con una de sus sonrisas. 
-Te amo -Correspondí su beso cariñosamente.- Buenas noches -me levanté yéndome a la habitación.  
-Te amo -dijo empezando a jugar con Silvestre, en el fondo, bueno, no, aunque yo me metiera con él muchas veces, era un buen padre y quería a cada hijo que tenía. Los quería a todos por igual, y no era poco ese amor que les tenía. 
Yo me fui a la cama, normalmente, cuando me traía a uno de sus hijos, ya sean menores que Silvestre, bueno si, todos, la mayoría eran de año o meses, cuando los traía, solía pasar tiempo con ellos, demostrarles el amor que les puede dar una madrastra, no se me daban tan mal los niños, pero aquel día tenía demasiado sueño y Edward lo notó. 
Al mediodía del día siguiente me levanté, de un salto, mirando mis agendas, y todo lo que tenía que hacer ese día me lavé los dientes corriendo mientras me ponía la ropa y a la vez buscaba mis llaves. En el salón descansaban los dos hombres de la casa por esos días. Sonreí, mirándolos a los dos y me fui de allí sin hacer ruido. Al llegar a casa sobre la hora de cenar aquel día, me encontré la casa impecable, toda ordenada, limpia, y me reí, reí imaginándome a los dos limpiando aquello. 
.- Ha venido mi hada madrina -comenté. De pronto vino el pequeño Silvestre y me miró con aquellos ojos grandes, ojos que me recordaban a los de Edward de ese azul verdoso claro. -Edward dice que vayas a la cocina. - Sonreí, me había llamado la atención que el pequeño mencionara a su padre por su nombre, pero, conociendo a Edward, le habría dicho a Silvestre que no lo llamara "papá" porque "papá" suena demasiado mayor. Cosas de Edward, cosas mías, a veces.. éramos muy iguales. Al dejar las cosas en el perchero fui directa a la cocina, Edward esperaba con dos platos de risotto de setas, mi comida favorita, sonriendo- Bon apetit ma cherie -me dijo aún con aquel delantal negro que colgaba siempre de mi cocina esperando justo a que él lo cogiera (pues el mío era demasiado.. colorido según él)  puesto. -Me reí mirándolo llevándome las manos a la boca haciendo como que me sorprendía. 
-Wow ¿quién me ha sustituido a mi marido por alguien mejor?
- Se rió - nadie, solo me acordé de que era tu comida favorita. -Le besé rodeando con mis manos su cuello- ¿hay algún truco?. 
- Ninguno, lo juro. Sólo por amor - sonrió. 
-Que lindo eres -dije besándolo de nuevo. Me siguió el beso con una de sus sonrisas perfectas que me dedicaba a menudo -espero que te guste como lo preparé.
-Me encantará, tienes a un buen cocinero metido dentro de ti.
- Sí, eso sí - rió mientras apartaba mi silla para que me sentase y ponía un plato de espagueti  para Silvetre. 
--Sonreí sentándome- que buen hombre del hogar eres.
- Se rió - Podría hacer de amo de casa ¿no?. 
-Te sería algo aburrido.
- O no, podría destrozar la casa un día y al siguiente limpiarlo.
-Mmmm eso suena divertido ¿lo hacemos juntos?.
- ¡Sí! - rió - cuando tengas dos días libres.
-Mmm... creo que este sábado lo tengo libre, sábado y domingo.
- Pues..¡a destrozar la casa!
- Será divertido.-Me reí-
- Si, sobre todo destrozar - rió
-Mmm si, lo llamaremos reformas
- ¿Y si se quejan los vecinos? - rió
-Que se jodan. Y el vecino que da la ventana de mi habitación a la suya es muy simpático, por las mañanas canta el "Volare Cantare" italiano
- ¿No me digas que te lo has tirado ya? - se rió
-No no -me reí- es italiano y está muy bueno, pero es gay y sólo hablamos para cantar la canción cada mañana en la ventana y hacer enfadar a la vieja del quinto.
- Se rió mientras comía - siempre puedes pedirle que te por culo - se rió más fuerte. Ahí salía mi chico gracioso, lo echaba de menos. 
Le tiré un cacho de pan - También se lo puedes pedir tú
- Mmm sí, pero no me apetece ¿sabes? - se reía.
-Pues lo mismo digo ¿sabes?
- Pero a ti te gusta que te den por culo. -no paraba de reír, yo me crucé de brazos, aunque también me reía, divertida por sus comentarios. 
-Lo odio, no hace nada, sólo duele. -me quejé.

Y así era pasar los días con él, divertido, cariñoso, buena persona, bromista.. y sobre todo confianza era lo que tenía con Edward. Era como la persona que más me había querido en la vida (y no había muerto), era la persona que más luchó por mi, y la que más hizo que varias veces reviviera del mundo de los muertos. A penas había secretos para él, es más, si los había él los imaginaba de alguna forma. 
Fue el único que logró que me enamorara, fue mi primer amor, y los primeros amores nunca se olvidan, por mucho que sean algo .. raros. 

Aquella semana pasó bastante rápido, más del que me habría gustado. Al lado de él se pasaba el tiempo volando, y cantando. 
Hicimos las dichas reformas, más bien lo que hicimos fue darle martillazos a la pared sin sentido, y a algunos muebles que había que "mejorar". Nos reíamos por hacer aquello sin sentido ninguno, pero era divertido si lo hacíamos con el otro. 
Al terminar de destrozar, acabamos en una noche, a la cama los dos desnudos, a la mañana siguiente no había ganas de ordenar todo lo que habíamos liado en la casa, y en vez de eso, pasamos el día en la cama, teniendo cuidado de que Silvestre no se traumatizara.  

-Adiós mi amor -fue lo último que nos dijimos cuando se fue, con varios besos regalados. 

-------------------------------------------------------------------------------------

- No empieces, no me interesan tus halagos, ¿quieres un café?
-¿No tienes té?
- Pues un té entonces - me reí mientras le dejaba pasar. 
-Ya no te dejarás llevar por mi ¿no? es para seguir coqueteando o no -rió
- No más chicos John - repetí.
-Vale, serás una vieja sola amargada con sus 9 gatos.
- Sí, exacto, y medio virgen. - Le serví té cuando ya estábamos en la cocina. 
-Pero ya no eres virgen, Paul me contó lo de las 3 veces ¿no te acuerdas? Aquel día, en casa de tus padres, nos encontramos Paul, tú, Bea y yo.
- Sí, me acuerdo,  pero como si lo fuera.
-Nah, no lo eres, solo que te falta experiencia, que a este paso no la tendrás.
- Mejor. - Repetí bebiendo.
-Vale vale, dejo de coquetear contigo ¿vale?
- ¿Querías más sexo Lennon? - Levanté una ceja.
-Tsss,  la verdad es que me da igual, si lo piensas, puedo tener sexo cuando quiera.
- Claro,aún quedan chicas idiotas por el mundo 
--Se rió- Piénsalo, siendo un beatle tengo a muchas chicas a mis pies para el sexo, pero para estar en compañía y hablar, a pocas les dejo ese privilegio.
- Uy, que afortunada soy - ironicé
-Si vas a estar así me voy e__é
- No no, me gusta tu compañía - reí
-Ah, entonces no me trates mal. 
- Es mi casa e_e - le imité el 
-¿Y?  Nunca hay razón para ser borde
- Me reí - ¿has acabado ese té ya?
-Si, si, que intranquila eres. -dijo colocando la taza en la mesa de nuevo. 
- Me reí - ¿Te vas a ir?
-Sólo si quieres que me vayas.
- Nah, hoy no tengo clases. 
-¿Vas a clases?.
- Si, universidad .
-No lo sabía -admitió- aunque me lo podría haber imaginado
- ¿y eso? - Reí.
-Pues una chica adinerada como tú, pareces lista, es obvio que puedes ir a la universidad.
-Muchas gracias, -reí-  en serio John.
-De nada -rió- si te lo tomas a cumplido.
- Prefiero tomármelo como un cumplido, así te tendré menos asco.
-Vale -rió- buen argumento. ¿Y qué tal.. de tu vida? No sé, no suelo ser el que saca los temas de conversación.
- Ni yo, suelo estar callada... mientras hablan de dinero o ropa o chicos
-Pues nosotros no hablemos de eso ¿vale?
- si mejor, ninguno de esos temas me fascina - dije mientras recogía el desayuno. 

Escuchaba sus divertidas anécdotas mientras limpiaba y de vez.el cuando reía. A eso de las doce alguien llamó a la puerta y yo abrí para encontrarme con mi amiga.
-¡Mary! -sonrió- tenemos que hablar
- Habla - dije apoyándome en la puerta.
-Pretendía que hablaras tú de por qué me dijiste que conocías a Paul McCartney y luego me contaras por qué está John Lennon en tu casa. dijo  mirando al fondo, al John Lennon apoyado en la pared. 
-Hola -dijo John, desinteresado.  
- Si has venido es para contarme algo así que tu primero querida -dije yo. 
-Bueno, lo mío creo que ya es obvio, me acosté con Paul -se apoyó en el marco de la puerta- pero ya veo que tú tampoco pierdes el tiempo.
- ¿Qtal la experiencia? - Otra vez eso dentro de mi... 
-Genial, ¿qué tal la tuya? 
- Horrible - sonreí - no más chicos para mi.
-Gracias por el "me lo pasé estupendo con John" -comentó John. 
--Angela rió- que descarada eres.
- No más chicos, está claro, por muy bueno que sea en la cama no quiero sufrir.
-Viene la Mary sentimentaal.. -dijo Angela. 
- No, porque me llegó la humillación de ayer.
-¿Qué humillación? mira, es como si hablaras en signos conmigo.
- El gilipollas de mi hermano se presentó aquí con un amigo mientras John y yo lo hacíamos y me hizo mucho daño con sus idioteces.
-Bueeeno, de tu hermano es normal eso -rió- ya te quejas mucho de él. Pero John sigue en tu casa.
-Yo he venido esta tarde -dijo John.
- Si, a disculparse, dije que no más chicos.
-Que aburrida eres -dijo Angela. 
- Gracias - dije - No te olvides la protección ¿si?.  No vaya a ser que te dejen recuerdo. 
-Por favor, tengo dinero suficiente para abortar. 
- ¿Y? ¿Cuantas veces crees que podrás hacerlo?
-Muchas, pero quedarse embarazada no pasa continuamente, qué sabrás tú si nada más que lo has hecho unas pocas veces.
- ¿Y? He estudiado ¿sabes?.
-Bah, yo también estudio si quiero.
- Pero no lo haces - reí
-Porque no quiero
- Lo sé. 
-Pues eso...  ¡Entonces lo hiciste con John Lennon! -Miré como John fumaba sin importarle mucho la conversación que yo tenía con mi amiga. 
- Algo así, nos cortaron el rollo
-Y tanto, ahora ella no quiere volver al embrollo -comentó John.
--Se rió- me gusta más la Mary despreocupada
- Pues se ha ido. Para no volver.
-Que rollo -suspiró- mira que esperaba ir más veces de fiesta contigo e_e
- Podemos ir, pero todos los chicos para ti
-Eso es un rollo, estarías solo de adorno
- Nunca he sido otra cosa
-Podrías empezar a ser otra cosa -se quejó.
- Nunca fui otra cosa que no fuera un adorno.
-Pero podrías empezar a ser otra cosa.
- ¿Algo como qué? - dije mirándola - ¿un juguete para los chicos?
-O buscar tus propios juguetes para ti.
- Me reí - no soy una puta, ¿sabías? Y soy demasiado mayor para jugar con juguetes, ¡madura!
-No me refería a esos juguetes.. bah, déjalo, es imposible hablar contigo.
- Sé a que juguetes te referías, pero debes madurar.
-Tengo a penas 18 años y medio, no pienso madurar .
- Perfecto - dije riendo - que madura eres, igual que todos
-No puedes creerte más mayor de lo que eres.
- No me lo creo, simplemente busco otras cosas en mi vida, si me perdonáis - dije saliendo de casa, mi propia casa , por la puerta hacia la universidad. Había cambiado de idea, yo no quería ser filósofa, no le veía futuro, así que me quité de esa carrera y me apunté a literatura inglesa, quería se escritora realmente.  
Estuve firmando el papeleo, ya que era mayor de edad no necesitaba el permiso de mis padres  ni nada por el estilo, así que el semestre siguiente empezaría con literatura inglesa, y mientras haría un curso de fotografía, ¡era perfecto!.


No hay comentarios:

Publicar un comentario